La reciente cabalgata del Heraldo Real en Granada, celebrada como antesala de la llegada de los Reyes Magos, se ha visto envuelta en una fuerte polémica tras la difusión de un vídeo en el que se observa un presunto caso de maltrato animal. Durante el desfile, uno de los responsables del manejo de los caballos propinó un rodillazo a uno de los animales, un gesto que ha indignado a ciudadanos y asociaciones animalistas.
El incidente, captado por asistentes al evento, ha desatado un intenso debate sobre el uso de animales en este tipo de celebraciones. Las imágenes muestran cómo el caballo, visiblemente estresado en un entorno de ruido y aglomeración, recibe una acción física violenta por parte de su cuidador, lo que muchos han calificado como un acto injustificable y cruel.
Diversas organizaciones y ciudadanos han señalado que este tipo de comportamientos no solo representan un maltrato hacia los animales, sino que envían un mensaje negativo, especialmente a los niños que participan y asisten a estos eventos. “No es aceptable que en pleno siglo XXI sigamos sometiendo a los animales a situaciones de estrés extremo y, en este caso, a agresiones físicas en nombre del entretenimiento”, declaró un portavoz de una protectora de animales local.
El Ayuntamiento de Granada, organizador del evento, aún no ha emitido un comunicado oficial al respecto, aunque fuentes cercanas han señalado que podrían revisarse los protocolos relacionados con el uso de animales en actos públicos. En las redes sociales y en diversos círculos ciudadanos ya se está solicitando que se elimine por completo la participación de animales en este tipo de espectáculos, sumándose a una tendencia que se está extendiendo en otras ciudades de España.
El uso de animales en eventos públicos lleva años generando controversia, y cada vez más municipios han optado por alternativas libres de animales, como carrozas mecanizadas o representaciones simbólicas que evitan el sufrimiento de seres vivos. En Granada, este incidente podría marcar un punto de inflexión en la manera de plantear futuras celebraciones.
Mientras tanto, la indignación sigue creciendo entre los ciudadanos, que reclaman que se depuren responsabilidades y que se adopten medidas contundentes para garantizar que incidentes como este no se repitan. La cabalgata, que debía ser un evento festivo, ha terminado generando un debate ético que pone en cuestión las tradiciones que involucran a los animales en su desarrollo.
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